Tras recoger las notas de la primera evaluación,
todos los alumnos de segundo de bachillerato se dirigieron al parque que estaba
junto al instituto.
CRISTIAN: Qué ambientazo, ¿no?
RAQUEL: Qué frío hace, diría yo.
CRISTIAN: (La acurrucó junto a él) Anda, ven.
MARINA: Joder, estaba deseando de acabar las clases
ya. ¡Viva el que inventó las vacaciones de navidad!
MATEO: Me tendréis que echar una manilla ahora, ¿no? Hasta que me acostumbre al ritmo de vuestro insti…
MATEO: Me tendréis que echar una manilla ahora, ¿no? Hasta que me acostumbre al ritmo de vuestro insti…
MARINA: Claro que sí, estos son todos muy majos.
Otros no tanto. Ya te informaré yo.
RAQUEL: Sí, sobre todo Judith y Kevin… Ya lo irás
conociendo. Que por cierto, los he visto discutir antes a la salida.
MARINA: Lo que yo no sé es cómo se soportan el uno
al otro. Oye, ¿y Eloy dónde está?
CRISTIAN: Yo no le he visto desde que nos dieron
las notas.
RAQUEL: Está muy raro, últimamente. Pasó por una
mala racha cuando murió Jorge pero parecía que ya estaba bien…
MATEO: No te creas, algo así te deja marcado para
siempre.
RAQUEL: Luego le llamaré a ver qué tal. Oye, ¿y si
nos vamos a algún bar? Me estoy quedando helada.
MARINA: Es que de verdad, ¿a quién se le ocurre
sentarse en un parque a finales de diciembre? Anda, vamos a por un buen chocolate
caliente. (El grupo se levantó)
CHICO: (Se acercó a ellos) Ey, chicos. ¿Venís esta
noche al botellón?
CRISTIAN: No nos habían dicho nada.
CHICO: Esta noche, aquí en el parque. Ya tenemos
comprado todo el alcohol.
CRISTIAN: Ah, pues gracias. Nos lo pensamos y si
eso nos pasamos un rato.
MARINA: Mira, por lo menos hay alcohol para entrar
en calor…
RAQUEL: Claro Marina, es un botellón, ¿cómo no va a
haber alcohol? Jajaja.
MARINA: ¡Bueno, no me hagas pensar ahora que tengo
mucho frío.
Dentro de la sala de profesores aún podía notarse
la pasión del momento. Álvaro e Ixchel estaban abrazados en el suelo, sobre la
alfombra.
IXCHEL: ¿Te ha gustado?
ÁLVARO: Para ser la primera vez no ha estado mal.
Pero que nada mal… (La besó)
IXCHEL: Por algo tengo esta fama en el Zurbarán.
ÁLVARO: Tenías, quieres decir. Ahora ya no,
¿verdad?
IXCHEL: ¿Cómo que no?
ÁLVARO: Ahora estamos juntos.
IXCHEL: (Sonrió) Eh… ¿juntos?
ÁLVARO: Juntos.
IXCHEL: Ahora sí. (Se alejó de él) Pero ahora ya
no. Te refieres a eso, ¿verdad?
ÁLVARO: Cariño, yo te quiero.
IXCHEL: (Suspiró) ¿Cariño? Vamos a ver, esto ha
estado bastante bien. Siempre me dio morbo pensar que lo haría aquí, en la sala
de profesores. Pero… ya está…
ÁLVARO: ¿Sólo he sido para ti uno más?
IXCHEL: Como todos, Álvaro, como todos.
ÁLVARO: (Se levantó) ¿Osea que no me quieres como
yo a ti?
IXCHEL: Pues no sé. ¿Cuánto me quieres tú?
ÁLVARO: (Se vistió rápidamente) Vete a la mierda.
IXCHEL: Ya estamos. ¿Pero por qué no podemos tener
una relación así?
ÁLVARO: Pues porque no quiero besar unos labios que
tienen más clientela que una tienda de disfraces en carnaval.
IXCHEL: Pues entonces…
ÁLVARO: Déjalo, ya veo que no lo entiendes.
Pásatelo bien en vacaciones. (Se fue cabizbajo)
Aurora y Nuria llegaron a su casa. Se pusieron
cómodas y corrieron a tirarse en el sofá del salón. Suspiraron aliviadas
pensando en todos los días de vacaciones que tenían por delante.
NURIA: ¡Por fin! Qué ganas de… no hacer nada.
Jajaja.
AURORA: No más exámenes… Ni guardias en los
recreos… Ni reuniones… ¡Me encanta! ¿Dónde vamos para celebrarlo?
NURIA: ¿A dónde quieres ir con el frío que hace?
AURORA: También es verdad, pues nos ponemos una
película que hace mucho que no hacemos juntas una sesión de cine. (Se dirigió a
la estantería de películas)
NURIA: Pero que no sea de miedo, que ya sé cómo
acabamos… (Pensó en Raúl y se abrazó a un cojín) Alguna romántica.
AURORA: ¿No serás
lesbiana?
NURIA: Y dale perico al torno… ¡Pon lo
que quieras! Mientras no sea cine español…
AURORA: Qué poco valoramos el cine de
nuestro país. Con las buenas películas que hay.
NURIA: ¿Cuál fue la última película
española que viste tú?
AURORA: Pues… ¿”Shrek”?
Judith llegó a su casa y antes de que
pudiera cerrar la puerta, alguien se lo impidió.
KEVIN: Espera, por favor.
JUDITH: ¡¿Qué quieres?!
KEVIN: Ya te he pedido perdón por lo
que pasó. ¿Es que no vas a perdonarme?
JUDITH: ¡No! Kevin, a mí el dinero me
da igual. Es el hecho de que me hayas mentido lo que me duele. Me hiciste dudar
sobre el verdadero motivo por el que la gente estaba conmigo y cuando me di
cuenta de que todo eran suposiciones mías y que podía confiar en ti… ¡Descubro
que me has estado engañando todo este tiempo!
KEVIN: Ya te he dicho que lo siento.
Fui un cabrón y me arrepiento. Dame una segunda oportunidad, te lo suplico.
JUDITH: (Suspiró) Deja que me lo
piense.
KEVIN: De acuerdo. Tómate tu tiempo.
JUDITH: Ahora vete, antes de que vengan
mis padres.
KEVIN: (La intentó dar un beso pero
ella se apartó) Adiós…
Raúl lanzó furioso su maletín contra la
pared del salón de su piso e hizo que todos los papeles se cayeran. No paraba
de pensar en la nota que había encontrado hace un rato. Creía que todo había
terminado pero se equivocaba. Alguien había descubierto su pasado y estaba
dispuesto a desmantelarlo todo. El profesor de arte se dirigió a su habitación
y abrió un cajón oculto dentro de su armario. De él sacó una carpeta donde
ponía “Lucía”. Estaba llena de fotos de la joven. Con sus amigas, en el
instituto, en su casa, en la calle, escuchando música, leyendo, etc. Buscó
entre todas las fotografías y cogió una en especial. Era la primera que le
había hecho y le traía muchos recuerdos…
2
años antes…
Raúl se dirigía por el pasillo de un
instituto hacia la salida cuando se chocó sin querer con dos alumnas. La
carpeta de una de ellas se cayó al suelo junto con el maletín de él. El
profesor se agachó para recogerlo.
RAÚL: Lo siento, estoy un poco
despistado y no sé ni por dónde ando. (Le dio sus cosas a la joven) ¿Sois de 1º
de Bachillerato?
KAREN: (Tímida) Sí… ¿Y tú?
RAÚL: Yo soy Raúl, vuestro nuevo
profesor de artes. Encantado.
KAREN: Yo me llamo Karen.
LUCÍA: Y yo Lucía.
RAÚL: (Miró fascinado a Lucía) Me
alegra ver que este año voy a tener unas alumnas tan guapas. Jeje.
LUCÍA: (Sonrojada) Nosotras nos vamos
ya. Hasta luego.
RAÚL: Adiós, chicas.
Las jóvenes se fueron entre risas y él
se quedó mirándolas disimuladamente. En su mirada lasciva podía apreciarse el
deseo que había despertado Lucía en Raúl. Aquello era sólo el principio.
Presente…
Marina y Mateo estaban conectados desde
el ordenador de ésta al chat cuando vieron que Eloy estaba disponible.
MARINA: Eloy =) K tal las notas?
ELOY: Bien
MARINA: Te pasa algo?
ELOY: No
MARINA: Seguro?
ELOY: K nooo!
MARINA: Es q como te has ido así del
insti…
ELOY: Estaba cansado
MARINA: Esta noche vienes al botellón
que van a hacer en el parq?
ELOY: Ya veré…
MARINA: Nosotros 4 vamos a ir. Vnte un
rato ;)
ELOY: (Se desconectó)
MARINA: (Salió del chat) No sé qué
narices le pasa a Eloy, está rarísimo.
MATEO: A lo mejor se siente mal porque
como ahora vosotras tenéis novio y él no…
MARINA: Pues vaya, que nos lo hubiera
dicho. No creo que sea eso… El caso es que está muy borde y distante. Esta
noche si va al botellón tendremos que hablar con él.
MATEO: Oye Marina, ¿recuerdas que antes
que lo dejásemos te dije que estaba buscando un piso para nosotros?
MARINA: Sí, es verdad.
MATEO: ¿Y bien? ¿Qué opinas?
MARINA: No sé… Mateo yo te quiero, pero
irnos ahora a vivir juntos… Eso es muy difícil y necesitamos mucho dinero.
MATEO: Pero yo tengo bastante ahorrado
y mis padres nos dejarían algo. Además, esto no sería ya mismo.
MARINA: ¿Y si luego no convivimos como
esperamos? Mira, mis padres quieren que vayamos estas navidades al pueblo pero
yo paso. Así que si quieres te puedes quedar aquí conmigo todos esos días. Y
así probamos a ver qué tal nos apañamos juntos.
MATEO: Genial. (La besó) Sabes que te
quiero, ¿no?
MARINA: (Bromeó) Sí, algo me habías
comentado… Jeje.
Aurora y Nuria se encontraban haciendo
las compras de navidad en un centro comercial.
AURORA: ¿Bolas rojas o doradas?
NURIA: Doradas.
AURORA: Pero si las rojas son mucho más
bonitas. (Se la enseñó) Mira qué color más intenso.
NURIA: Pero las doradas lucen más, ¿no?
AURORA: Las rojas, tú hazme caso.
NURIA: Bueno, pues nada… ¿Cogemos
turrón?
AURORA: ¡Uy, no! Que eso engorda
muchísimo.
NURIA: Pues vaya…
AURORA: (Se relamió) Mejor polvorones.
NURIA: Ah, ¿y eso no engorda? Mira, que
cada una coja lo que quiera, porque si no… Oye, ¿y qué tal ayer con Manuel? Que
no me contaste nada.
AURORA: Es que tampoco pasó nada. Sólo
fuimos al cine a ver una película.
NURIA: Pero a ti, Manuel…. ¿verdad?
AURORA: (Cogió un caja con espumillón)
¿A mí qué?
NURIA: Que te pone.
AURORA: (Se la cayó la caja) ¡Ala!
¿Cómo me va a gustar a mí Manuel? Sólo somos amigos que van juntos al cine.
NURIA: Ya…
AURORA: (Se puso nerviosa) ¿Ya qué? A
ver, ¿ya qué? Leches, con las indirectas…
NURIA: (Sonrió) No, si yo no digo nada.
Jeje.
Pasó el día y la luz del sol se fue
haciendo cada vez menos intensa. Marina y Raquel y habían quedado en casa de
ésta última para arreglarse.
MARINA: (Pintándose la raya del ojo)
Así que si todo sale bien estas vacaciones… Puede que al año que viene nos
vayamos a vivir juntos.
RAQUEL: (Sorprendida) Uy, qué rápido
vais, ¿no?
MARINA: Yo tampoco estaba muy segura
pero como él está tan convencido.
RAQUEL: Qué coño, es verdad. La vida
son dos días y nosotras mejor que nadie lo sabemos… (Pensó en Jorge) Si
vosotros creéis que es lo mejor, pues ya está.
MARINA: ¡Tía, estoy deseando de pasar
un día entero con él!
RAQUEL: (La abrazó) Jajaja. Qué
envidia…
MARINA: Oye, que a ti con Cristian
también te va muy bien.
RAQUEL: La verdad es que no me puedo
quejar. Parece que fue ayer cuando me robó el móvil en la fiesta de Judith y
míranos ahora… (Sonrió) Le quiero tanto.
MARINA: Me alegro de que nos vaya tan
bien a las dos.
RAQUEL: Sí, la verdad es que sí.
(Sonrió mientras terminaba de arreglarse)
Kevin estaba sentado en la cama de su
habitación mientras miraba todas las fotos que tenía colgadas en un corcho de
su pared. Judith había sido su novia desde que empezaron el instituto y sabía
que aquella chica la había marcado para siempre. Por mucho que hubieran
discutido o lo hubieran dejado, seguían queriéndose de la misma manera que el
primer día. Sentía todo lo que había pasado y sólo quería recuperarla. El
sonido del timbre de su casa le hizo volver a la realidad. Bajó las escaleras
hasta llegar a la entrada y abrió la puerta.
JUDITH: Hola…
KEVIN: (Sonrió) Has venido…
JUDITH: ¿Puedo pasar?
KEVIN: Oh, claro. Mis padres no están.
Ven, vamos al salón, estaremos más cómodos.
JUDITH: (Se sentaron) Lo he estado
pensando y si dices que de verdad te arrepientes… Te daré una segunda
oportunidad.
KEVIN: ¿De verdad? (Le agarró de las
manos) Te prometo que esta vez no habrá ningún problema más. Te quiero y te lo
voy a demostrar.
JUDITH: (Se besaron) Yo también te
quiero.
Desde la calle, dos hombres vestidos de
negro y con gafas de sol les espiaban através de las ventanas.
HOMBRE 1: El hijo de Ortega ha dicho
que estaban solos. El cabrón de su padre habrá salido…
HOMBRE 2: Pues nosotros tenemos órdenes
de recuperar el dinero. Me da igual si nos lo da él o su hijo.
HOMBRE 1: Entonces… ¿entramos?
HOMBRE 2: (Cargó su pistola) Vamos.
Álvaro y sus amigos llegaron los
primeros al parque con todo el alcohol. Uno de los chicos de dio cuenta de que
Álvaro estaba extraño y le preguntó qué le pasaba.
CHICO: Ey, Álvaro, ¿qué te pasa?
ÁLVARO: Nada…
CHICO: Si te pasa algo sabes que me lo
puedes contar, tío.
ÁLVARO: Son tonterías mías. Pero vamos
que ya se me pasan.
CHICO: ¿Es esa chica? ¿Ixchel?
ÁLVARO: ¡Que no, coño! Déjame ya en
paz… (Se alejó del grupo)
Álvaro se marchó enfadado y se sentó
solo en un banco. No quería reconocer que estaba locamente enamorado de la
chica equivocada. Entonces vio cómo empezó a llegar más gente del Zurbarán.
Entre ellos estaba Ixchel, que se había puesto muy guapa para la fiesta. Se
levantó rápidamente para ir a saludarla pero vio algo que le hizo cambiar de
idea. Iba cogida de la mano con otro chico del instituto y parecía que estaban
tonteando. Aquello fue la gota que colmó el vaso y Álvaro decidió marcharse de
aquel lugar y perder de vista a todo el mundo hasta la vuelta en Enero.
CRISTIAN: (Se chochó con Álvaro) ¡Au!
Oye, ten cuidado…
ÁLVARO: Que os follen.
RAQUEL: ¿Y a éste qué le pasa?
MARINA: A saber, vaya panda…
Judith y Kevin se estaban besando en la
habitación de éste cuando oyeron un ruido que venía de la planta de abajo del
chalet.
JUDITH: ¿Qué ha sido? ¿No decías que no
había nadie en casa?
KEVIN: Y no hay nadie, sólo nosotros
dos. Habrá sido cualquier cosa.
JUDITH: Que no, que abajo hay alguien.
(Salieron a las escaleras)
KEVIN: ¿Mamá? ¿Papá?
HOMBRE 1: Así que tú eres el hijo de
Ortega, ¿eh? Pues siento decirte que nos vas a tener que acompañar a nuestra casa.
KEVIN: ¿Quién coño sois?
HOMBRE 1: Tu padre nos debe dinero y si
no solucionamos esto por las buenas será por las malas.
KEVIN: (Le pegó un puñetazo) Y una
mierda.
JUDITH: (Asustada) ¡Cuidado, Kevin!
KEVIN: (Se encerraron en el baño)
¿Tienes aquí el móvil? Tenemos que pedir ayuda.
JUDITH: Me lo he dejado abajo… ¡Mierda!
HOMBRE 2: ¡Salid de ahí, niñatos! No me
apetece perder mucho tiempo con vosotros. (Pegó un tiro a la puerta) ¡Salid o
echo la puerta abajo!
HOMBRE 1: (Dolorido) Cabrón…
HOMBRE 2: A la de 1… a la de 2… ¡y a la
de 3!
El hombre se dispuso a disparar a la
puerta pero Kevin desde dentro del baño la echó abajo dándola una fuerte
patada. Ésta cayó sobre el hombre aplastándolo.
HOMBRE 2: ¡Nooo!
KEVIN: ¡Corre, salgamos de aquí!
HOMBRE 1: (Les apuntó a la cabeza con
su arma) De aquí no se mueve nadie. ¡Al suelo o disparo!
La fiesta ya había comenzado en el
parque y los chicos parecían estar pasándoselo en grande a pesar del frío.
MARINA: (Borracha) ¡Fiestaaa!
RAQUEL: Bueno… Ésta ya lleva unas copas
de más…
MARINA: ¿Yo? Que va. Lo que pasa es que
se me sube el alcohol muy rápido a la cabeza. ¿Pero qué más da? ¡Mañana no hay
clase! Jajaja.
MATEO: Qué pedo llevas, cariño.
MARINA: ¿Aquel de allí no es Eloy?
CRISTIAN: (Señaló con el dedo índice) ¿Cómo
va a ser él si está besándose con otro chico?
MARINA: Que sí, joder, que es él.
RAQUEL: (Asombrada) Es verdad… ¿Pero
qué está haciendo?
MARINA: Vamos a verle, a ver qué se
cuenta.
RAQUEL: ¿Se está dando el lote con otro
tío? ¿Y cómo no nos dice nada?
CRISTIAN: A lo mejor ya ha salido del
armario.
MARINA: Pues lo habrá hecho de
puntillas porque ni nosotras nos hemos enterado.
RAQUEL: (Se acercaron a él) ¿Eloy?
ELOY: (Al chico) Vete con los demás,
ahora voy. (Le guiñó un ojo) Guapo.
MATEO: Anda Eloy, al final has venido.
ELOY: Pues ya veis.
RAQUEL: ¿Quién era ese chico?
ELOY: Un amigo.
RAQUEL: ¿Un amigo? Os estabais comiendo
los morros… ¿Has hecho público lo tuyo?
ELOY: No, lo sabe quien lo tiene que
saber.
RAQUEL: Pues nosotros no lo sabíamos…
¿Estás fumando?
MARINA: Oye, que rule el cigarrito.
Jejeje. (Se abrazó a Mateo mientras sonreía)
RAQUEL: ¿Qué te pasa Eloy? Estás muy…
cambiado.
ELOY: Pues que he abierto los ojos de
una puta vez.
RAQUEL: (Sin palabras) ¿Cómo?
Kevin no podía seguir oyendo llorar a
Judith y se abalanzó sobre el hombre que les estaba apuntando con la pistola.
Ambos cayeron rodando por las escaleras.
JUDITH: ¡Kevin! (Bajó tras ellos)
¡Kevin, ¿estás bien?!
HOMBRE: (Dolorido) Te vas a enterar,
niñato de mierda…
JUDITH: ¡Kevin, despierta! (Agarró al
hombre)
HOMBRE: ¡Suéltame, zorra!
KEVIN: (Se despertó) ¿Judith?
KEVIN: (Se despertó) ¿Judith?
JUDITH: ¡Kevin, coge la pistola antes
de que la recupere!
HOMBRE: (Lanzó a la joven contra la
pared) ¡Que me sueltes!
JUDITH: (Se golpeó en la cabeza) ¡Ahhh!
Judith contempló la escena desde el
suelo. Ambos se abalanzaron a por la pistola que había caído lejos de ellos
tras la pelea. Kevin llegó antes y la cogió pero el hombre se lanzó sobre él y
no le dejó defenderse. Comenzaron un forcejeo ya que los dos querían tener el
arma. La joven intentó levantarse pero estaba demasiado dolorida por el golpe.
Se le nubló la vista y justo antes de que perdiera el conocimiento pudo oír un
disparo y ver cómo uno de los dos caía al suelo, ya sin vida.
Raquel seguía sin entender qué es lo
que estaba pasando con su amigo Eloy.
ELOY: ¿Por qué os preocupáis tanto por
mí ahora? Ya tendréis tiempo de hacerlo cuando esté muerto. Qué más da lo que
haga mientras esté vivo, me vais a adorar igual que a Jorge, ¿no?
RAQUEL: ¿Qué narices estás diciendo,
Eloy?
ELOY: Estoy harto. ¡Harto de vuestras
tonterías! ¿Qué coño os ha pasado desde que murió Jorge? ¿Por qué le tratáis
como si fuera una grandísima persona? ¿Tengo que recordaros lo que me hizo
aquella noche antes de que muriera? He sido un completo idiota todo este
tiempo, pero ya está bien. Ha llegado el momento de cambiar.
MARINA: (Borracha) No entiendo nada de
lo que está diciendo pero no parece muy contento….
RAQUEL: Eloy, creo que te estás
equivocando. Nosotros entendemos que le eches de menos pero ese no es motivo
para que…
ELOY: (La interrumpió) ¡Que no! Ya no
le echo de menos. Ahora Jorge está muerto y yo sigo aquí. No pienso
desperdiciar mi vida lamentándome por alguien así. (Se marchó)
RAQUEL: ¡¿Estás loco o qué te pasa?!
¡No sabes lo que estás diciendo! Jorge era tu amigo, ¿o es que ya no te
acuerdas?
ELOY: (Caminando hacia atrás) Jajaja.
No, ya no. ¿Sabes una cosa, Raquel? Jorge, es historia.
RAQUEL: ¡Eloy, cuidado!
Eloy intentó reaccionar pero cuando se
quiso dar cuenta estaba cruzando la calle y un coche se acercaba a él a toda
velocidad. Un segundo después, el joven salió despedido por el gran impacto del
vehículo y cayó al suelo sin conocimiento. Sus amigos corrieron a socorrerle y
cuando llegaron el joven estaba rodeado de un charco de sangre que salía de su
cabeza.
Todos tenemos un lado oscuro. Un ángel
negro que vive en nuestro interior y que refleja lo peor de nosotros. Esa mitad
que oculta nuestros temores y nuestros más profundos secretos. No podemos dejar
que las situaciones se apoderen de lo que realmente somos y nos conviertan en
algo distinto. Pero en ocasiones, esto es inevitable y no conseguimos retener a
ese ángel negro. Y una vez que éste ha salido a la luz, puede que sea imposible
volver a recuperar nuestro otro lado.
Eloy abrió lentamente los ojos, se
encontraba demasiado aturdido como para saber dónde estaba. Todo a su alrededor
eran sombras oscuras y sin forma. Pero entre todas ellas pudo distinguir a una
persona que se acercaba a él. Su rostro le resultaba conocido y a pesar de
estar dolorido, no pudo evitar sorprenderse.
JORGE: (Sonrió) Me alegro de volver a
verte, amigo.
Dios santo, esto me engacha mucho quiero mas!!
ResponderEliminarMuchas gracias Inesitah. Nos alegra que te guste nuestra serie fictia. Ahora mismo estamos escribiendo la segunda temporada, por lo que en un tiempo será publicada. Así que ya sabes, no te vayas muy lejos porque aún te queda mucho por ver aquí ;)
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